Al fin de esperar que cesara tan solo una llovizna, se conocieron otra vez, y con tan solo una caricia fueron ellos quienes decidieron retomar los recuerdos como fundamento de la vida, de una vida que logran escoger como acuerdo mutuo.
No hay ley vigente que declare lo incorrecto en este tema, no hay critica valida a tan esplendida razón. Porque el error eminente es aceptado dentro de las posibilidades de que el fracaso o la victoria sea parte de nosotros también, porque tal vez el uso sensato de la razón no venga al caso o sencillo como la naturaleza misma sea nuestro camino hacia la perdición.
Ya se conocían más que eso y ahora una fuerza invisible los limita, inexplicable, inconfundible pero razonable. Tan delicado hilo los une y sostiene, con tan gran fuerza de oposición en sus polos pues se teme que vaya a ceder…
Con una amplia visión de tal bosque que carece del color mismo de su panorama, me sostengo albergando mi esfuerzo y pensamiento, donde lo complicado implica tal vez malgastar mi sudor o valorarlo como el oro negro de este mundo.
Ofreciendo la negación ante una sociedad ciega a la logística, me aferro a ideales pasados pero enfocados a un futuro diferente, sin ser yo cual posea el poder de modificar el destino mismo, pues soy yo quien desafía el curso de la vida y pretende enderezar su mala postura hacia el fracaso masivo.
Obteniendo lo mejor de la vida misma y apreciando su delicado equilibrio, he sido la persona en declararse discapacitado a continuar en un sin fin de pesares y mortificaciones que nunca lograran definir y tan si quiera conocerla la paz interna. Entonces he tal vez sido yo el asesino de mis sentimientos o acaso el vil tirano de tan noble causa, será que somos privados de la propia felicidad o es la vida misma quien decide cuando formaremos parte de este privilegiado carrusel.
Otra vez vagando entre letras y prejuicios, acabo rompiendo el sistema naval de cual barco perdido entre el naufragio que he sido yo de encontrar, increíble titán de hierro que nos mantiene a flote de la cordura y que eventualmente nos hundirá en la demencia.
Siendo dos, fuimos uno…siendo uno, fuimos tres…siendo tres finalmente fuimos nadie.
Un día de… y dos días de…aunque meses no fueron suficientes, tu mente guardara el día que fui yo quien detuvo la rotación de tu pequeño mundo.
Segundos, minutos y horas perdidas…una vista a la realidad en segundos y una perdida en menos que eso, pero el tiempo es relativo y de ahí me aferro a la verdadera cara de la vida. Fui capaz de estar ciego años y recobrar la vista en segundos, fui sordo también pero al tocar fondo quise escuchar, fui yo y solo yo quien sabia, quien sabría, quien…perdería.
ROBERTO C.S
sábado, 24 de enero de 2009
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